LA JUNGLA

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Desde el inicio del conflicto en Ucrania, en el lapso de un año, Polonia brindó refugio y apoyo a 1,5 millones de personas desplazadas ucranianas, otorgándoles asistencia esencial que incluyó permisos de trabajo y residencia. Sin embargo, a pocos kilómetros al norte, en la frontera con Bielorrusia, los refugiados, en su mayoría provenientes de Oriente Medio y África, se han encontrado con políticas restrictivas en materia de inmigración.

Desde noviembre de 2021, miles de estos refugiados han intentado cruzar el Bosque de Bialowieza, el último bosque primitivo de Europa. El bosque ha sido apodado "La Jungla" por algunos refugiados debido a su peligrosidad y la dificultad de atravesarlo, especialmente para aquellos que no están preparados ni familiarizados con el clima riguroso del noreste de Europa. Muchos refugiados han quedado atrapados en el bosque durante largos períodos de tiempo, enfrentándose a condiciones extremas como la falta de alimentos y agua, y en invierno, un alto riesgo de hipotermia y muerte. Cuando los guardias fronterizos los atrapan, estos refugiados son devueltos forzosamente a la frontera, lo que a menudo implica ser abandonados en el bosque del lado bielorruso durante la noche, sin testigos y con sus teléfonos destruidos para evitar cualquier comunicación con el mundo exterior.

En julio de 2022, el gobierno polaco completó la construcción de un muro para evitar que estos inmigrantes ingresen al país. Sin embargo, los flujos migratorios continúan y residentes de nuevos países han comenzado a llegar. Desde el comienzo de la crisis, el gobierno polaco también ha penalizado cualquier forma de ayuda humanitaria en la región, calificando a quienes ayudan a los refugiados en el bosque como "idiotas y traidores". A pesar de ello, una gran parte de la población local, junto con voluntarios provenientes de otras partes de Polonia y del extranjero, han estado ayudando a los refugiados con un gran riesgo personal, incluyendo multas y arrestos. Muchos de estos ayudantes locales han experimentado consecuencias postraumáticas y temen que la situación empeore, ya que la crisis migratoria en esta frontera continúa, pero ha desaparecido en gran medida de la atención de los medios.

Además, el muro antimigración atraviesa el último bosque primitivo, poniendo en peligro los flujos migratorios de animales y causando daños ambientales irreversibles más allá de las fronteras polacas.

En nuestro proyecto, decidimos enfocarnos en tres líneas de investigación. En primer lugar, exploramos los flujos migratorios a través de esta frontera, investigando las condiciones y necesidades de los refugiados, así como la manera en que son tratados por los guardias fronterizos. Comparamos la situación antes y después de la construcción de la valla. La situación que observamos indica que la valla no constituye una respuesta adecuada ni eficiente a la crisis migratoria.

En segundo lugar, abordamos el impacto de la crisis migratoria en los habitantes locales y cómo la penalización de la ayuda humanitaria influyó en la población. Estas dos líneas de investigación tienen relevancia transfronteriza, ya que la construcción de barreras contra la inmigración y la penalización de la ayuda humanitaria también se presentan en otros países europeos con fronteras. Además, esta frontera es la única en Europa donde la eficacia de una barrera puede ser medida en relación con la respuesta dada a los refugiados ucranianos.
Por último, exploramos el impacto transfronterizo del muro en términos ambientales. 


El proyecto se inició en agosto de 2022 y concluyó en mayo de 2023. Durante este período, llevamos a cabo investigaciones y trabajo de campo. También decidimos incorporar materiales de archivo desde el inicio de la crisis migratoria, ya que esto ayuda a comparar la situación antes y después de la construcción del muro.

La producción de esta investigación cuenta con el respaldo de una subvención del fondo IJ4EU. El Instituto Internacional de Prensa (IPI), el Centro Europeo de Periodismo (EJC) y cualquier otro socio del fondo IJ4EU no se hacen responsables del contenido publicado ni de su uso.


Foto y texto: Hanna Jarzabek

Proyecto de Hanna Jarzabek
Colaboración: Eliza Kowalczyk

Para ver el proyecto completo, desplácese hacia abajo.




A TRAVÉS DEL BOSQUE - MIGRACIÓN

Fotos, gráficos y textos - Hanna Jarzabek
Desde que el gobierno de extrema derecha llegó al poder en Polonia en 2015, el país comenzó a ganar una reputación como un lugar anti-refugiados y fuertemente opuesto a la inmigración. En varias ocasiones, Polonia se opuso firmemente a las cuotas de acogida de refugiados establecidas por la Unión Europea, reduciendo al mínimo el número de personas  que podrían solicitar asilo. Sin embargo esta imagen cambió drásticamente con el estallido de la guerra en Ucrania. 

Las imágenes de los guardias fronterizos polacos ayudando a los refugiados ucranianos a cruzar la frontera, cargando bebés en brazos o ayudando a las mujeres a transportar sus maletas, dieron la vuelta al mundo. Miles de personas pasaban la frontera a diario y en poco tiempo se desarrollaron una multitud de redes de acogida, basadas principalmente en iniciativas voluntarias de la población polaca. 

En un tiempo récord, el gobierno polaco otorgó permisos de residencia y trabajo, así como acceso al sistema público sanitario y ayudas sociales tanto para los refugiados como para los polacos que decidieron acogerlos en sus hogares. La percepción que el mundo tenía de Polonia, en cuanto a su actitud hacia la acogida de refugiados, cambió drásticamente, pasando a ser vista como país referente en este tema. Sin embargo, la realidad es muy diferente de lo que se percibe a simple vista: en 2022 Polonia rechazó a más refugiados que cualquier otro país de la Unión Europea en sus fronteras exteriores.
La frontera este de Polonia constituye también la frontera externa de la Unión Europea, y se divide en tres tramos: la frontera con Ucrania de 498 km, la frontera con Bielorrusia de 375 km y la frontera con Kaliningrado de 209 km, este último perteneciendo a Rusia. La realidad en estas tres fronteras es muy diferente, lo que demuestra que a la hora de considerar la protección internacional para los refugiados, no prevalece su situación o peligro en que se encuentran, sino más bien su color de piel, procedencia cultural y religiosa. Esta situación evidencia la existencia de prácticas discriminatorias en la gestión de las políticas migratorias de la Unión Europea y sus Estados miembros. El caso de Polonia es sólo uno de los ejemplos más pertinente de esta situación. 

Vale la pena mencionar que es probable que las cifras presentadas arriba sean más bajas que las cifras reales. Tampoco incluyen a los inmigrantes y refugiados que intentaron cruzar las fronteras polacas a través de cruces ilegales. Los datos proporcionados por la Guardia Fronteriza, que se refieren a los extranjeros detenidos o descubiertos por la Guardia Fronteriza al cruzar o intentar cruzar la frontera estatal en contra de las reglas, no son claros y son muy bajos. Esto sugiere que, en la mayoría de los casos, cuando los migrantes son interceptados por los guardias fronterizos, son devueltos (lea más sobre las devoluciones) a la frontera sin que se documenten sus casos y sin la posibilidad de solicitar asilo.

Sin embargo, según el derecho internacional, cualquier persona tiene derecho a solicitar asilo, independientemente de cómo haya cruzado la frontera. Es fundamental señalar que este derecho de asilo debe ser respetado por todos los países. Por lo tanto, incluso si una persona ha cruzado la frontera ilegalmente, tiene derecho a solicitar asilo y que se escuche su caso.

Desde el principio de la crisis migratoria en esta frontera, el gobierno polaco evita utilizar la palabra “refugiados” para definir a las personas que intentan cruzarla, y en su lugar los llama “migrantes ilegales”. La crisis ha sido reducida a una cuestión de guerra híbrida que Bielorrusia, respaldada por Rusia, está intentando llevar a cabo, y cualquier consideración humanitaria ha sido relegada a segundo plano. 

En septiembre de 2021, el gobierno polaco organizó una conferencia (in polish) en la que presentó la tesis de que las personas agrupadas en la frontera con Bielorrusa son peligrosas, y que muchas de ellas son agentes preparados para atacar a Polonia desde adentro. Además, se afirmó que algunos refugiados podrían ser desviados sexuales como zoófilos o pedófilos. Durante la conferencia, que fue difundida por la principal estación de televisión pública TVP, los ministros Mariusz Kamiński (Ministro del Interior y Administración) y Mariusz Błaszczak (Ministro de Defensa) presentaron imágenes (ver abajo) supuestamente encontradas en los teléfonos de los refugiados para ilustrar estas afirmaciones.



Materiales utilizados en la conferencia organizada por el gobierno polaco y Guardia Fronteras el 27 de septiembre 2021.
  Indicación en la primera imagen:    Foto. 20 y...
Indicación en la primera imagen:
Foto. 20 y 21 fotos del teléfono del ciudadano de Afganistán, Sabrullah S. El extranjero recopiló numerosos materiales que indican trastornos sexuales hacia la pedofilia y la zoofilia.Partidario de los talibanes, llegó a Polonia a través de la ruta de los Balcanes.
  Indicación en la segunda imagen:    Foto. 11...
Indicación en la segunda imagen:
Foto. 11 ciudadano de Afganistán Mohammad R. T. en un curso militar ruso.Un extranjero participó en junio de este año en la ceremonia de graduación de carácter militar.
  Indicación en la tercera imagen:    Foto. 3-4...
Indicación en la tercera imagen:
Foto. 3-4 ciudadano de Afganistán YOUSUFI H. Las fotos se refieren a la ejecución (decapitación) y muestran los cuerpos de las personas asesinadas.
Desde entonces, el gobierno polaco ha sostenido la tesis de que los refugiados son una amenaza para la seguridad nacional en esta frontera, y ha intentado deshumanizarlos para evitar cualquier tipo de empatía por parte de la sociedad. Esta situación es profundamente preocupante, ya que la falta de consideración humana y la adopción de una postura hostil hacia los refugiados no solo va en contra de los valores y principios fundamentales de una sociedad basada en derechos humanos, sino que también da lugar a acciones inaceptables a nivel humanitario, como la violación de derechos, la violencia física y la discriminación.   

El mensaje caló en gran parte de la sociedad polaca. Según un estudio (enlace - en polaco) realizado por el Centro de Investigación de Opinión Pública (CBOS, en sus siglas en polaco), a finales de 2021, el 52% de los polacos estaban en contra de que los inmigrantes que se encuentran en esta frontera pudieran solicitar asilo, mientras que el 66% apoyaba la construcción de un muro para impedir su paso. Estos datos claramente reflejan una falta de empatía y solidaridad hacia las personas que huyen de la guerra y la persecución en busca de un lugar seguro donde vivir. Además, son una muestra del éxito de la estrategia de desinformación del gobierno polaco, que ha logrado influir en la opinión pública y generar un clima de hostilidad hacia estos refugiados.  

La mayoría de las personas que intentan cruzar la frontera entre Polonia y Bielorrusa, provienen de países afectados por la guerra o situaciones de alto riesgo para sus ciudadanos, como Siria, Yemen, Afganistán e Iraq. Por lo tanto e independientemente de cómo cruzaron la frontera, tienen derecho a pedir asilo. Con tiempo, se han unido a estos flujos otras nacionalidades, como ciudadanos de India, países africanos e incluso Cuba. Pero sin miramiento a su género, edad o situación individual, todos están expuestos al riesgo de push-back cada vez que intentan cruzar la frontera. Desafortunadamente, parte de la sociedad polaca continua brindando su apoyo a la Guardia Fronteriza, a pesar del trato inhumano que frecuentemente reciben los refugiados en esta frontera. 

 Foto: Dos voluntarias, una de ellas médico,...
Foto: Dos voluntarias, una de ellas médico, brindan asistencia a Y.K. (25 años, ingeniero), un refugiado sirio en estado de hipotermia de segundo grado. 12/12/2022

 Foto: Y.K. espera la llegada de la ambulancia. A pesar...
Foto: Y.K. espera la llegada de la ambulancia. A pesar de la recomendación de la médico que ayudó a Y.K. en el bosque, nunca fue trasladado al hospital sino al puesto de la Guardia Fronteriza en Bialowieza. Los guardias fronterizos también se negaron a que la médico los acompañara mientras transportaban a Y.K. al puesto de la Guardia Fronteriza. 12/12/2022

HISTORIAS DEL BOSQUE

"No me importa a qué país llegue. Simplemente no quiero morir aquí en el bosque, ¿sabes?"

Mohammad, 50 años, Siria


Akram (32 años, Yemen, oncólogo) y Mohammad (50 años, Siria) pasaron 5 meses en el bosque. Durante varios días tuvieron que beber agua de los pantanos, filtrándola a través de un pañuelo. La primera pregunta que nos hizo Akram fue: "¿Puedes llevarnos contigo?" Tuvimos que explicarles que no podíamos hacerlo y que transportarlos en coche nos podría costar 8 años de prisión por trata de personas. Ambos estaban agotados. Es muy difícil dejar a una persona en tal situación en el bosque, especialmente de noche. Al día siguiente pidieron más ayuda. Otro equipo les llevó más comida y resultó que Mohammad tenía una costilla rota. Según mis fuentes, algunos lugareños le ayudaron a cruzar una sección del bosque y unos días después descubrimos que ambos estaban a salvo en Alemania.

El bosque de Bialowieza es un lugar muy difícil de atravesar y sobrevivir, especialmente para las personas que no están preparadas para el duro clima del noreste de Europa. Es un espacio protegido, lleno de pantanos y caídas de árboles, donde recorrer un tramo de 1 km lleva mucho más tiempo que en un bosque normal. Sin embargo, y a pesar de la valla, esta ruta todavía se considera más segura y más fácil para llegar a Europa, aunque los inmigrantes a menudo no saben qué tipo de bosque tendrán que atravesar y no llegan preparados. La mayoría de ellos no quiere quedarse en Polonia, sino que espera llegar a Alemania o a otro país europeo. En general, vienen sin saber que, según la legislación europea, si quieren solicitar asilo deben hacerlo en el primer país de la Unión Europea donde pongan un pie. Si son arrestados por la guardia fronteriza, algunos solicitan asilo incluso si quieren ir a otro país. De lo contrario, los guardias fronterizos los devolverán al bosque del lado bielorruso y tendrán que cruzar la frontera nuevamente. Algunos permanecen atrapados durante meses, sufriendo pushbacks hasta una docena de veces, expuestos a condiciones extremas, falta de agua potable y alimentos y, en invierno, a un alto riesgo de muerte por hipotermia.

Lee más


Fotos y texto: Hanna Jarzabek


Foto: Akram y Mohammad reciben ayuda de voluntarios, Bosque de Bialowieza, 23 de octubre de 2022
 Historias de los primeros meses de la crisis: 31 de...
Historias de los primeros meses de la crisis:
31 de octubre de 2021, un hermoso amanecer de otoño. Mi marido y yo vamos a tomar fotografías de la naturaleza. Nos dirigimos a las zonas donde encontramos alces, praderas húmedas justo en el límite de la estricta reserva del Parque Nacional de Białowieża. Buscando a nuestro alrededor la silueta oscura del animal, notamos movimiento entre los árboles....


Foto y texto: Eliza Kowalczyk
 Historias de los primeros meses de la crisis: 28 de...
Historias de los primeros meses de la crisis:
28 de abril de 2022: Sabía que iba a ver a un padre con una hija enferma. El mero pensamiento de en qué condiciones los encontraría y si podría ayudarlos adecuadamente despertaba en mí un gran temor. Padre e hija acamparon bajo los abetos en "Wysokie Bagno". Él se asustó al verme, pero mantuvo la compostura y de todos modos no tenía forma de escapar porque la niña yacía inmóvil debajo del saco de dormir. Ni siquiera se inmutó.

Foto y texto: Eliza Kowalczyk
  Ali  (24 años) estaba en un grupo de 8 personas,...
Ali (24 años) estaba en un grupo de 8 personas, todas de Siria. Estaba muy cansado y, según teníamos entendido, hacía 6 días que no comía ni bebía. Los guardias fronterizos ya lo habían detenido siete veces y cada vez lo devolvieron al bosque en el lado bielorruso...
1 de noviembre de 2022

Foto y texto: Hanna Jarzabek
  Mohammad  vino desde Yemen a Rusia y luego a Minsk con...
Mohammad vino desde Yemen a Rusia y luego a Minsk con sus dos amigos, Khalid y Salim, ambos de 23 años. Habían estado en el bosque durante dos meses y los guardias fronterizos polacos ya los habían obligado dos veces a regresar al lado bielorruso...
4 de noviembre de 2022

Foto y texto: Hanna Jarzabek
 La mayoría de los inmigrantes no desean quedarse...
La mayoría de los inmigrantes no desean quedarse en Polonia, sino que tienen la esperanza de llegar a Alemania u otro país europeo. En general, llegan sin preparación y sin conocer la ley europea que establece que, si desean solicitar asilo, deben hacerlo en el primer país de la Unión Europea donde pongan un pie...
4 de noviembre de 2022

Foto y texto: Hanna Jarzabek
 Este grupo de  cinco refugiados de Eritrea  cruzó...
Este grupo de cinco refugiados de Eritrea cruzó por primera vez la frontera entre Polonia y Bielorrusia después de viajar desde Minsk hasta Moscú. Ha comenzado a ser cada vez más común que los inmigrantes llegan a Moscú con visas de turista o de estudios antes de organizar el transporte a Minsk y luego cruzar la frontera hacia Polonia. Desde el verano de 2022, se ha observado un cambio en los países de origen de los refugiados: ahora llegan más personas de África, India, Pakistán e incluso Cuba, además de aquellas provenientes del Oriente Medio.
1 de noviembre de 2022

Foto y texto: Hanna Jarzabek
 En una fría tarde de marzo, dos hombres, uno...
En una fría tarde de marzo, dos hombres, uno proveniente de un pueblo cercano y otro turista, se acercaron al muro fronterizo para observarlo de cerca. Al regresar, se encontraron con un joven sirio de 20 años tendido en la carretera, a tan solo 300 metros de la valla fronteriza. Parecía resignado y temblaba debido al frío. Estaba empapado y helado, y explicó que había caído en un pantano. Con la ropa mojada y botas de goma sin calcetines, no podía mantener el ritmo de sus compañeros, quienes lo habían dejado atrás. Sin cobertura celular ni acceso a Internet, no sabía cómo buscar ayuda. Con el paso del tiempo, su situación se volvía cada vez más difícil...
2 de marzo de 2023

Foto y texto: Eliza Kowalczyk
   Fatima    (nombre cambiado, 30 años, de...
Fatima (nombre cambiado, 30 años, de Irán) participó en protestas en su país y posteriormente fue incluida en la lista negra del gobierno. Viajó con su esposo y un amigo. Fueron devueltos forzosamente una vez y, en el segundo intento, la Guardia Fronteriza de Polonia los sometió a violencia física y gas pimienta. Fatima perdió el conocimiento y fue llevada al hospital, mientras que su esposo y amigo fueron devueltos al bosque del lado Bielorruso...
18 de marzo de 2023

Foto y texto: Hanna Jarzabek
  Las intervenciones nocturnas  suelen ser aún...
Las intervenciones nocturnas suelen ser aún más complicadas porque hay un mayor riesgo de ser descubiertos. Mientras nos dirigíamos hacia el escondite de los refugiados, en un momento escuchamos un coche y uno de nosotros vio luces a lo lejos. En ese instante, en medio del bosque, solo podía estar la Guardia Fronteriza. Caímos al suelo completamente mojado y escondimos nuestros rostros entre el follaje, en caso de que si utilizaban visión térmica... 
23 de octubre de 2022

Foto y texto: Hanna Jarzabek
  Y.K.  un ingeniero sirio de 25 años,...
Y.K. un ingeniero sirio de 25 años, pasó varios días escondido en la estricta reserva del bosque de Bialowieza, un lugar de muy difícil acceso. Según la médico que acompañaba a las voluntarias que lo ayudaron, se encontraba en estado de hipotermia de segundo grado...
12 de diciembre de 2022


Foto y texto: Hanna Jarzabek
 Lamentablemente  no hay muchos médicos en esta...
Lamentablemente no hay muchos médicos en esta frontera y, en su ausencia, los voluntarios tienen que prestar ayuda sin estar preparados para ello. Además de la hipotermia, ahora con el muro fronterizo algunas de las lesiones pueden ser muy graves, como fracturas de piernas o costillas…
2 de noviembre de 2022


Foto y texto: Hanna Jarzabek
 Dibujos de Nua y Noor, dos niños kurdos de Irak....
Dibujos de Nua y Noor, dos niños kurdos de Irak. Junto con sus padres, se dirigieron a Minsk, donde inicialmente durmieron en un parque. Llegaron a la frontera polaco-bielorrusa entre noviembre y diciembre de 2021, a la cual fueron traídos por los soldados bielorrusos.
 Los soldados bielorrusos los intimidaron, los obligaron...
Los soldados bielorrusos los intimidaron, los obligaron a comportarse agresivamente con los funcionarios polacos y los agredieron físicamente. La familia pasó aproximadamente 10 días durmiendo en el bosque en la frontera. Actualmente, han llegado a un lugar seguro en Alemania. 


PROBLEMAS DE ACCESO A AYUDA MÉDICA

Fotos, audios & textos - Hanna Jarzabek 

 
Desde el principio de la crisis en la frontera con Bielorrusia, el gobierno polaco obstaculizó cualquier tipo de atención médica profesional para los refugiados. Aunque surgieron iniciativas informales de médicos voluntarios, la falta de recursos limitó su capacidad de ayuda durante mucho tiempo. Además, durante los primeros 10 meses, la zona fronteriza estuvo herméticamente cerrada, lo que impidió que las organizaciones humanitarias y los periodistas entraran en la región. Aunque esta prohibición ya ha sido levantada, ninguna organización humanitaria ha iniciado actividades significativas en la región. Acción Humanitaria Polaca solo ha establecido un almacén en Białystok, a 80 kilómetros de la frontera, donde varios grupos informales pueden recoger ropa y artículos básicos para los refugiados en el bosque. En cuanto a la atención médica, solo Médicos Sin Fronteras emplea a unas pocas personas para intervenir en el bosque junto con voluntarios de grupos informales. Sin embargo, no disponen de una base o campamento, como suele ser el caso en otras situaciones similares en otros países. Llamar a una ambulancia en el bosque equivale a alertar a la Guardia Fronteriza, lo cual conlleva la detención de los refugiados.

Los problemas médicos más frecuentes están relacionados con las duras condiciones en el bosque, en las cuales los refugiados a menudo tienen que pasar largas temporadas. La falta de agua potable y el hecho de que los refugiados tienen que beber el agua de pantanos, contaminada por los animales, a menudo provoca graves problemas digestivos y diarreas. El pie de trinchera (en la foto al lado) es otro de los problemas más frecuentes entre los migrantes que durante días, a veces incluso semanas, están en un entorno húmedo, pasando por pantanos y ríos sin poder cambiarse la ropa ni poder limpiarse. En verano, muchos sufren de deshidratación; en invierno, de hipotermia.

Los médicos que brindan ayuda en el bosque lo hacen en condiciones muy duras, a menudo por la noche, sin poder utilizar la luz ni tener herramientas para establecer un diagnóstico adecuado. Muchas veces intentan averiguar y adaptar la respuesta a las condiciones, incluso en casos tan drásticos como un aborto natural.

Después de la construcción del muro, a todos estos problemas ahora se añaden todo tipo de fracturas, ya que la gente que intenta pasar el muro por encima a veces cae incluso de 5 metros de altura. Algunas de las fracturas necesitan operaciones complicadas y meses de convalecencia. En estos casos, como también en casos de hipotermia, la única solución es llamar a la ambulancia sabiendo que el migrante será arrestado y vigilado por la Guardia Fronteriza durante toda su estancia en el hospital.

Según varios entrevistados, hubo situaciones en las cuales algunos refugiados, al terminar su estancia en el hospital, fueron transportados por la Guardia Fronteriza de vuelta al bosque y forzados a cruzar la frontera al lado bielorruso. Y la historia volvía a comenzar desde el principio.

Foto: El pie de trinchera surge cuando los pies están expuestos a bajas temperaturas y alta humedad durante largos períodos de tiempo. 23 de octubre de 2022

LUCYNA MARCINIAK
Médica del Centro de Salud Comunitario 
en Białowieża
 



OLA G.
Socorista, ayuda a refugiados 
en el bosque de Białowieża  


PAULINA B.
Médica, ayuda a refugiados 
en el bosque Bialowieża
 Foto y texto: Eliza Kowalczyk

PODCAST (polaco) - LUCYNA MARCINIAK 
Médica del centro de salud municipal de Białowieża

  Foto: Una inyección que a socorista Ola G. tuvo...

Foto: Una inyección que a socorista Ola G. tuvo que aplicar a una mujer de Irán durante la intervención en el bosque. 18 de marzo de 2023


Entrevista con Ola G.,
Un socorrista que ayuda a los refugiados en el bosque de Bialowieza.
 

“La mayoría de las mujeres que cruzaron la frontera informaron estar en las primeras etapas del embarazo y creían que eso las protegería, ya que las mujeres embarazadas suelen recibir más protección en muchas culturas. Desafortunadamente, este no es el caso en la frontera polaca, ya que a menudo incluso aquellas que declaran estar embarazadas son rechazadas. (lea más sobre devoluciones)

Una vez ayudé a una mujer que ya estaba bastante avanzada en su embarazo, probablemente en su tercer o cuarto mes. He visitado a este grupo en el bosque varias veces. El grupo estaba compuesto por un matrimonio, probablemente del Congo, con sus dos hijos: una niña de tres o cuatro años y un niño de siete años. En un momento, cuando se disponían a seguir adelante, a la mujer se le rompieron las aguas y empezó aborta natural. Me quedé con ella de principio a fin, conectándola a un suero, dándole analgésicos y esperando hasta que terminara el aborto, con los niños y su marido a su lado. Como no había manera de separarlos, todos estaban conscientes de lo que estaba pasando.

Sabía que estaría con esta mujer y estaba preparada para pedir ayuda si su condición empeoraba, por ejemplo, si experimentaba un sangrado incontrolable. Sin embargo, también sabía que si hubiera llamado a una ambulancia, la mujer habría sido hospitalizada, pero a su marido y a sus hijos no se les habrían permitido quedarse con ella. Dado que esta familia había sido devuelta varias veces antes a Bielorrusia y que era su tercer o cuarto intento de cruzar la frontera, estoy bastante segura de que los habrían separado y que el marido y los hijos habrían sido obligados a regresar a Bielorrusia sin la posibilidad de solicitar asilo. Sabía que separarlos podría haber significado que nunca se reunirían.

Estas situaciones ocurren cuando las familias son separadas y devueltas a Bielorrusia, y por eso decidimos no llamar a una ambulancia. Elegimos quedarnos con esta mujer y ver cómo se desarrollaban las cosas. La cuidamos durante ese tiempo y cuando terminó el aborto, siguieron su camino”. - Ola G.


PODCAST (polaco) -  Ola G.
Un socorista que ayuda a los refugiados 
en el bosque de Bialowieza.

 Foto: Un refugiado de Senegal muestra las heridas...
Foto: Un refugiado de Senegal muestra las heridas causadas por concertina después de escalar la valla fronteriza. 21 de agosto de 2022

Kasia Poskrobko (43 años) se interesó desde el principio por lo que sucedía en la frontera. Contactó a Grupo Granica como voluntaria y realizó varios cursos en línea para aprender cómo ayudar en el campo. Fue al bosque en varias ocasiones, pero decidió centrarse en asistir a los refugiados en el hospital debido a que vivía cerca y veía directamente las necesidades en ese lugar.

Ofreció su tiempo como voluntaria durante 10 meses, un período en el que la zona fronteriza estuvo herméticamente cerrada. En julio de 2022, debido a que la crisis en la frontera no se reducía y la reciente construcción del muro causaba lesiones más graves para los migrantes, se hizo evidente la importancia de que ella continuara trabajando en el hospital. Para seguir realizando su labor, Kasia fue contratada por la Associación Egala como coordinadora para refugiados en el hospital.

Sus responsabilidades incluyen garantizar que cada refugiado reciba información precisa, atención adecuada y acceso a necesidades básicas como ropa limpia y teléfono. La Asociación Egala también cubre los gastos de medicamentos, que Kasia a menudo tiene que adquirir después de que el paciente sea dado de alta. En la actualidad, debido a la construcción del muro, se están incurriendo en costos adicionales para ortesis y muletas ortopédicas, dado que cada vez más inmigrantes con extremidades rotas necesitan ser hospitalizados.

Como representante, Kasia también hace seguimiento del destino de los pacientes después de su alta hospitalaria. Por un lado, asegura que no sean devueltos al bosque del lado bielorruso. Por otro lado, realiza un seguimiento de sus situaciones y necesidades mientras están internados en los Centros de Extranjeros.

“Al principio, todo se organizaba de manera apresurada. Tan pronto como Grupa Granica sabía que un migrante necesitaba hospitalización, lo que siempre implicaba la presencia de la Guardia Fronteriza, intentábamos llegar lo antes posible y en un grupo numeroso al lugar donde el refugiado había sido detenido. A veces incluso lográbamos llevar algunos medios de comunicación, ya que lo más importante era asegurarnos de que la persona fuera ingresada efectivamente en el hospital y que nadie la devolviera nuevamente al bosque. Fue un tanto complicado, había mucha confusión y estrés, lo que no ayudaba en el hospital ya que había personas enfermas y los propios médicos se sentían abrumados por la situación. Así que surgió la idea de establecer una base para una cooperación más organizada entre el hospital y los voluntarios que ayudaban a los refugiados. Los voluntarios pudieron aportar todos los conocimientos adquiridos, tuvieron acceso a intérpretes y pudieron ayudar a organizar la ropa para los refugiados, ya que esto también era necesario con frecuencia. Se creó un grupo hospitalario y, debido a la cantidad de pacientes, los voluntarios tuvieron que turnarse para visitarlos... continúa abajo

Foto: Kasia Poskrobko en el hospital donde ayuda a los refugiados. 18 de diciembre de 2022
  Foto: Las lesiones más comunes que sufren los...
Foto: Las lesiones más comunes que sufren los refugiados que intentan cruzar la frontera y el bosque; Aquí unos pies congelados. 18 de diciembre de 2022
  Foto: Desde que se construyó el muro, muchos...
Foto: Desde que se construyó el muro, muchos refugiados se caen desde la estructura de 5,5 m de altura y se rompen las extremidades. 18 de diciembre de 2022
  Foto: Las lesiones más comunes que sufren los...
Foto: Las lesiones más comunes que sufren los refugiados que intentan cruzar la frontera y el bosque: aquí heridas causadas por la concertinas. 18 de diciembre de 2022
“Gracias a que el hospital aceptó esta colaboración, tuvimos la oportunidad de llegar a estas personas, explicarles su situación, brindarles ayuda, preguntarles si desean solicitar protección internacional y firmar el poder notarial. Este es un documento que tenemos en muchos idiomas: persa, kurdo, inglés, francés y árabe, que me autoriza como apoderada para recibir información, acceder a registros médicos o manejar asuntos administrativos. Sin esto, estos inmigrantes, después de ser dados de alta del hospital y recogidos por la Guardia Fronteriza, podrían ser obligados a regresar al lado bielorruso. Simplemente desaparecerían y nadie podría descubrir qué les pasó.

A veces realizamos tareas muy básicas en el hospital. Ayudamos a las enfermeras en esta primera entrevista con el paciente, principalmente porque tenemos una lista de intérpretes a los que se puede llamar con bastante rapidez y que pueden realizar la entrevista de manera eficiente. También organizamos un almacén de artículos para los refugiados en el hospital, ya que las personas que son traídas del bosque, donde a menudo pasan mucho tiempo, llegan con cosas sucias, empapadas y muchas veces en condiciones tan malas que solo pueden ser tiradas. Algunos pantalones están desgarrados, manchados de sangre, etc. Siempre preguntamos a los pacientes qué les gustaría hacer al respecto. Por lo general, ellos mismos indican que se quieren deshacer de esas prendas, pero a veces alguien quiere quedarse con algo, probablemente porque es lo único que le queda de su país y su hogar. Luego simplemente lo llevo a casa y lavo esas chaquetas, ropa e incluso ropa interior, todo lo que tenían. Una vez, cuando estaba a punto de desechar la ropa de un hombre, sacó algo de su bolsillo, un bulto, supongo que era una oración. Lo besó y lo guardó, diciendo que podía deshacerse del resto. A veces tengo que quedarme hasta altas horas de la noche para hacerlo, así que lavo, seco y llevo rápidamente al hospital. Pero a veces miro esas prendas íntimas masculinas colgando en mi casa, donde también residen mi esposo y mi hijo, y pienso: todo esto es extraño, un poco anormal y loco. 

En una ocasión, vivimos una situación en la que un joven sirio de 31 años cayó del muro y se fracturó una pierna mientras cruzaba la frontera. Fue llevado al hospital y entre sus pertenencias había una mochila con las correas cortadas. Resultó que los guardias fronterizos le habían cortado las correas para evitar que la utilizara. También ocurrió una situación en la que una mujer salió del hospital en chanclas durante el invierno. Los guardias fronterizos la empujaron de regreso a la frontera en el bosque y, como nos enteramos demasiado tarde, no tuvimos la oportunidad de llevarle el calzado adecuado.

Durante la estancia del migrante en el hospital, la guardia fronteriza lo vigila constantemente. Al principio se sentaban en las habitaciones, ahora están en el pasillo. Lamentablemente, a menudo dificultan mi contacto con el paciente. Elevan la voz, gritan y me amenazan con la policía. A veces incluso intentan arrebatarme de las manos los documentos que estoy firmando con el migrante. No les agrada que algunos documentos sean firmados con los refugiados.

Son momentos muy difíciles. Por un lado, nunca he sido alguien confrontativo, pero aquí debo tener la suficiente fortaleza para enfrentarme a esa guardia fronteriza y recordarles que todo paciente, sin importar su origen, color de piel o cómo cruzó la frontera, tiene derechos básicos que deben ser respetados. Por otro lado, hay otros pacientes que ven una figura de autoridad y algún tipo de conflicto, ya sea verbal o no, conmigo, y no sé qué opinan al respecto. Por último, está el pobre refugiado que a menudo está dolorido después de la cirugía, asustado y aunque no entiende todo, es consciente de toda la situación."

Foto: Un guardia fronterizo observa a los refugiados...
Foto: Un guardia fronterizo observa a los refugiados hospitalizados después de resultar heridos al intentar cruzar la valla; 18 de diciembre de 2022
Foto: A. (25 años, Yemen, quería permanecer...
Foto: A. (25 años, Yemen, quería permanecer en el anonimato) hospitalizada tras romperse una pierna al cruzar el muro en la frontera; 18 de diciembre de 2022: lee su historia
"Los guardias fronterizos les quitan todo a los inmigrantes cuando los detienen: teléfonos, pasaportes, y guardan todo. Entonces, digamos que un refugiado está en el hospital después de una cirugía y no tiene forma de comunicarse con su familia para que sepan su condición o su paradero. Les doy mi teléfono porque creo que los pacientes tienen derecho a comunicarse con sus familiares. Aquí es donde a menudo comienzan los conflictos con los guardias fronterizos. Siempre trato de mantenerme firme y tranquila, pero cuando salgo de la sala, a veces me derrumbo y lloro en el pasillo. No soporto cómo los guardias fronterizos tratan a estos inmigrantes. Un oficial no debería inspirar miedo en la gente. Puede explicar sus deberes, que incluyen monitorear y garantizar que el refugiado no abandone el hospital. Pero eso no significa que deba abusar de su poder, especialmente cuando el refugiado está enfermo y postrado en cama, y no representa ninguna amenaza física ni posibilidad de escapar.

El trato de la Guardia Fronteriza hacia estos inmigrantes es muy inhumano. Una vez trajeron a un padre con su hija de 9 años (lea su historia) que estaba gravemente enferma. La ambulancia, por supuesto, estaba escoltada por la guardia fronteriza y, comprensiblemente, el padre estaba asustado. De repente, escuché a uno de los guardias comentarle a la enfermera: "¡Oh, mira cómo ponen en peligro a sus propios hijos! ¿Qué tipo de padre lleva a su hijo a un bosque e intenta cruzar la frontera de esta manera?" Este padre huía de un país donde no había ayuda para su hija y, a pesar de tener tres trabajos, no podía proporcionarle la atención médica adecuada, pero el oficial no intentó considerar por qué este hombre se encontraba en tal situación. En cambio, simplemente se burló de él y lo juzgó negativamente. Todo lo que pude ver fue a este padre sentado en la ambulancia, con las rodillas temblando de terror.

En otra ocasión, mientras esperaba la cita médica con mi abuela en el hospital, vi detenerse un coche de la Guardia Fronteriza. Se abrió la puerta trasera y sacaron a rastras a una mujer por las piernas. No estaba sentada en ningún asiento y nadie le dijo que tenía que bajarse del coche. Simplemente la arrastraron por las piernas. Yo estaba en shock. Salí y les dije a los guardias fronterizos: "¡Caballeros, así no es como se debe tratar a un ser humano!". Y me dijeron que no tenía derecho a interferir.

Lo único que me reconforta un poco es la actitud de los médicos. A veces hacen todo lo posible para ayudar a estas personas tanto como sea posible. No hay distinción entre un polaco y un extranjero, ni importa cómo cruzaron la frontera. Son simplemente pacientes que necesitan ser tratados.

Sigo repitiendo: la seguridad no excluye la humanidad. Queremos fronteras seguras, queremos una Polonia segura, y eso es bueno, pero también debemos ser humanos. Estas son personas que necesitan ayuda y apoyo. Necesitamos respetar sus derechos y nuestras convenciones como estado. A menudo escucho a personas, ya sean guardias fronterizos o simplemente personas que conozco, decir que estos inmigrantes cruzaron la frontera ilegalmente, por lo que merecen lo que les suceda. Pero, ¿qué pasa con los polacos que han entrado ilegalmente en otros países? Todos están indignados porque la mayoría de los hombres intentan cruzar la frontera. En primer lugar, no es cierto. He tratado a muchas mujeres y una mujer embarazada acaba de dar a luz. En segundo lugar, incluso si fuera cierto, las familias polacas también envían a los hombres al extranjero a trabajar mientras las mujeres se quedan en casa con los niños. No hay personas ilegales; hay un mundo que deberíamos compartir." - Kasia P.


AYUDA VOLUNTARIA APORTADA POR LA POBLACIÓN LOCAL

Fotos, audios y textos: Hanna Jarzabek 
 "Debido al estado de emergencia y la imposibilidad...
"Debido al estado de emergencia y la imposibilidad de que ninguna institución u organización humanitaria externa pudiese intervenir, sentíamos profundamente que todo, desde la vida hasta la salud de estas personas, dependía únicamente de nosotros. Esta situación generó un sentimiento abrumador de responsabilidad mezclado con impotencia, lo cual resultó realmente descorazonador. Nos paralizó en cierto sentido, y para muchos de nosotros, en ese momento, fue realmente difícil concebir otras alternativas."
 "He visto a niños empapados y tiritando de...
"He visto a niños empapados y tiritando de frío, llorando. Vi a una mujer que temblaba de frío y lloraba. Esto ocurrió a principios de noviembre del año pasado, cuando el frío era intenso y un grupo estaba cruzando el río. Había mujeres y niños allí, y la mujer solamente podía sollozar. Era evidente que estaba sufriendo y sintiendo el frío. Estos son los tipos de recuerdos que se mantienen contigo. También hay situaciones en las que puedes presenciar cómo estas personas son acosadas. Por ejemplo, cuando me acerco a ellas, algunas agarran mis piernas y me suplican que no llame a la policía. Es muy triste ver que estas personas están tan atemorizadas."

Lee el testimonio completo 
 Cuando la crisis en la frontera comenzó, Przemek...
Cuando la crisis en la frontera comenzó, Przemek (nombre cambiado) empezó a adentrarse en el bosque con algunos amigos para brindar ayuda. En una ocasión, se encontraron con un grupo de refugiados y se dieron cuenta de que tres de ellos tenían problemas de salud: uno tenía problemas cardíacos, otro superaba los 60 años y mostraba signos de agotamiento, mientras que el tercero tenía una grave lesión en una pierna. "Decidimos llamar a una ambulancia y esta llegó, pero debido a la pandemia, solo pudieron transportar a una persona. Optaron por llevar al hombre con la pierna lesionada. Por desgracia, el hombre con problemas cardíacos no recibió atención médica y ni siquiera se examinó al individuo de más de 60 años. Estos dos últimos rompieron a llorar. No tengo conocimiento de lo que les ocurrió después, ya que la guardia fronteriza se los llevó y solo puedo imaginar el desenlace" - Przemek.

PODCAST (polaco)
G., una habitante local que solía ayudar a los refugiados en el bosque

Desde el inicio de esta crisis (otoño de 2021), el gobierno polaco ha penalizado cualquier acto de ayuda humanitaria a los refugiados en esta frontera (para más información - entra), calificando a quienes la proporcionan como "idiotas y traidores". Como resultado, la mayoría de los habitantes locales y voluntarios que han estado brindando asistencia en el bosque prefieren mantenerse en el anonimato, no solo por su propia seguridad, sino también para continuar brindando ayuda sin poner en riesgo a los refugiados.

Durante 10 meses, la zona fronteriza permaneció cerrada y ninguna organización humanitaria ni periodistas pudieron entrar. Los habitantes locales comenzaron a ayudar a los refugiados sin ninguna preparación ni apoyo psicológico previo. Se sintieron abandonados, creyendo que la vida de los refugiados dependía únicamente de ellos. Después de un año y medio de crisis, muchos experimentan síndrome postraumático, sienten enojo y carecen de esperanzas de una mejora en el futuro. Los largos meses de aislamiento los han agotado y, aunque ahora pueden entrar y salir de la zona fronteriza, todavía se sienten abandonados al ver que realmente nada ha cambiado. A pesar de la construcción del muro, los refugiados continúan cruzando la frontera, y la asistencia en el bosque sigue siendo tan crucial como al comienzo de la crisis. No obstante, aún no existe una respuesta sistémica adecuada ni eficiente, y toda la ayuda brindada a los refugiados sigue siendo informal.

En la región, operan varios grupos informales que han estado brindando ayuda a los refugiados desde el inicio de la crisis. Uno de los grupos más grandes y mejor organizados es Grupa Granica, que engloba a diversas asociaciones, habitantes locales y voluntarios provenientes de distintas partes de Polonia, así como voluntarios extranjeros. 

En julio de 2022, se levantó el estado de emergencia, pero las ONG dudan en establecer una presencia más sólida en la región para brindar asistencia. Por un lado, los refugiados ucranianos están atrayendo la mayoría de la atención, mientras que por otro, las autoridades están imponiendo obstáculos significativos para cualquier tipo de intervención en esta frontera. Actualmente, solo Médicos Sin Fronteras cuenta con escaso personal médico y de rescate (más información sobre el acceso a la atención médica) trabajando en el bosque en colaboración con voluntarios de grupos informales. Llamar a una ambulancia o solicitar asistencia oficial conlleva la presencia de los guardias fronterizos y puede resultar en el arresto de los refugiados. 

Los voluntarios llevan consigo ropa, comida y, en ocasiones, medicamentos necesarios. En momentos urgentes, incluso tienen que brindar ayuda en plena noche, llegando a lugares de difícil acceso. A menudo, los refugiados tienen ropa y calzado mojados debido a la travesía por pantanos o ríos. En general, no se divulga abiertamente la amplitud de la ayuda brindada, sobre todo si va más allá de lo básico como alimentación y vestimenta. Aquellos que ofrecen refugio a los refugiados en sus hogares tratan de mantener un perfil bajo. Sin embargo, en los pequeños pueblos de la región de Podlaquia, cualquier comportamiento fuera de lo común llama la atención. P., una mujer que alojó a dos familias de refugiados en su casa (leer su historia), me relató que se sintió inquieta cuando la dependienta comenzó a hacerle muchas preguntas y comentarios, como: "Últimamente compras mucho pan" o "No sabía que te gustaba tanto el pescado enlatado, nunca lo habías comprado antes". Esto la hizo consciente de la necesidad de trasladar a los refugiados a otro lugar, ya que no podía garantizar que alguien no informaría a los guardias fronterizos, poniendo en riesgo tanto a ella como a los refugiados.

 Foto: Uno de los almacenes creados por voluntarios con...
Foto: Uno de los almacenes creados por voluntarios con el apoyo de la sociedad civil y diversas asociaciones (tanto polacas como extranjeras); 11 de diciembre de 2022
PODCAST (polaco)
G.K, una habitante local que solía acoger refugiados en su casa


"En abril, descubrí a dos familias en el bosque, a tan solo seis kilómetros de mi casa. Encontré rápidamente el lugar, ya que estaba familiarizada con la zona. Al llegar, vi a un joven arrodillado, aterrado, rogándome que no llamara a ningún servicio. Detrás de él estaban los niños, todos mostrando el mismo miedo y terror que él tenía. Había tres adultos presentes, además de una niña de 13 años y un niño de 14 o 15. El mismo temor se reflejaba en los ojos de los niños, lo que hizo el momento aún más desgarrador.

Me enteré de que habían sido devueltos a Bielorrusia en 31 ocasiones y que estaban en la frontera desde octubre, incluyendo el campo de Bruzgi. La esposa del hombre de la familia mayor, quien tenía tres hijos, también me impactó profundamente. Cuando llegué, los voluntarios les estaban dando sopa, pero la mujer simplemente se sentó a un lado, sin mostrar ninguna emoción. Era como si ya no tuviera esperanzas y supiera que serían capturados y deportados de todos modos. El terror en sus ojos y el miedo a ser traicionados fueron las cosas más conmovedoras de esa experiencia.

Después de atravesar todas estas situaciones, no estoy segura de estar lista para recibir nuevamente a alguien necesitado en mi casa. La idea me asusta y no sé si podría manejarlo emocional y mentalmente. La situación de la última persona que se presentó en mi hogar me llevó al límite y sentí que estaba perdiendo la cordura. Fue todo demasiado intenso y abrumador para mí, y no sé si mi hipersensibilidad influye en ello.

Sin embargo, me siento capaz de ir al bosque y ayudar allí. Prefiero que siga siendo así y que nadie venga a mi casa. Sé que puede sonar cruel, pero es una cuestión de autoconservación. El último año ha sido una pesadilla y no puedo aceptar que mi paraíso en la tierra se haya transformado en un infierno". - G"


Iniciativas informales que ayudan a los refugiados en la frontera entre Polonia y Bielorrusia:

Punto de Intervención - Club de Inteligencia Católica
Fundación Ocalenie
  A. es antropóloga  y vive fuera de la...
A. es antropóloga y vive fuera de la región de Podlaquia. Nunca antes había sentido un interés particular por el tema de la migración. Sin embargo, cuando la crisis en a frontera comenzó, su hija (que entonces tenía 19 años) se involucró en primer lugar. Comenzó preparando comida y luego se aventuró al bosque para brindar ayuda. A. escuchaba las historias que su hija compartía y finalmente decidió unirse como voluntaria también.

Por otro lado, P. (madre de un niño de 10 años) había estado brindando refugio a dos familias de refugiados en su hogar. Sin embargo, las curiosas preguntas de una dependienta la llenaron de temor. Las interrogantes sobre los hábitos de compra de P., como por qué estaba adquiriendo más pan de lo habitual y por qué había empezado a comprar pescado enlatado, la hicieron darse cuenta de que la presencia de sus invitados podría estar en peligro. P. temía que alguien pudiera informar a la Guardia Fronteriza acerca de los refugiados en su casa. Como resultado, determinó que ya no era seguro para ellos permanecer con ella.

 " Desde el principio, tuvimos claro que no...
"Desde el principio, tuvimos claro que no podíamos confiar en la Guardia Fronteriza debido a las devoluciones. Recuerdo un grupo de somalíes compuesto por nueve adolescentes y un adulto que fue detenido. Durante su detención, uno de los agentes, sin saber que lo estaban grabando, mencionó que los llevaría a las instalaciones a menos que cambiara de opinión.

En los primeros tiempos, nos encontramos con personas que tenían un seguro de viaje para toda su familia. Una familia con niños de diferentes edades me mostró ese documento. Habían adquirido un paquete que incluía un viaje con seguro, dos o tres días de turismo, y luego un taxi los llevó hasta la frontera. Les dijeron que enfrentarían la parte más difícil de su viaje: una caminata de 15 kilómetros a través del bosque. Esta situación era similar a la emigración de los polacos en el pasado que iban a Roma para visitar al Papa y Tierra Santa. Sin embargo, en realidad, estaban dirigiéndose a Alemania y nunca tenían la intención de regresar." - Un matrimonio, ambos de 54 años, que brindan ayuda en el bosque, en el hospital y asisten a los refugiados en los Centros para Extranjeros.


 "Una noche, alrededor de las ocho, mi hija dijo:...
"Una noche, alrededor de las ocho, mi hija dijo: "Alguien está tocando a la ventana". Me acerqué a esa ventana y vi afuera a una joven de piel oscura. La dejé entrar a la casa y comenzamos a hablar. Durante nuestra conversación, supe que no tenía nada consigo excepto dos Biblias empapadas y un puñado de basura. No tenía teléfono, mochila, mapa ni ninguna forma de contactar a alguien. Cuando le pregunté cómo había llegado a esta situación, me contó que había estado cruzando la frontera caminando con cinco hombres, tropezó y se lastimó la pierna.

Los hombres la dejaron atrás porque no podía mantener su ritmo. Como persona muy religiosa, comenzó a orar y a pedir ayuda a Dios. Siendo atea, esta situación me resulta abstracta. Pero ella me compartió que había rezado a Dios para que la guiara hacia alguien que pudiera ayudarla. Por suerte, vio la única casa de la zona con luz encendida y sintió que debía tocar la puerta. Mencionó que escuchó una voz de Dios que le decía que entrara a la casa. Su fe y confianza en un ser en el que personalmente no creo dejaron una impresión duradera en mí. Aún siento escalofríos al pensar en esa experiencia."



DEVOLUCIONES EN CALIENTE Y DELITOS

Fotos y textos: Hanna Jarzabek y Eliza Kowalczyk
Gráficos: Hanna Jarzabek
 
El término "push-back" se refiere a los métodos por los cuales se obliga a los refugiados y migrantes a regresar a través de las fronteras, generalmente inmediatamente después de cruzarlas, sin tener en cuenta sus circunstancias individuales ni la posibilidad de solicitar asilo. Este procedimiento viola numerosos acuerdos legales internacionales, incluida la prohibición de la expulsión colectiva de extranjeros, establecida en la Convención de Derechos Humanos.

En la frontera entre Polonia y Bielorrusia, las devoluciones son una práctica común. En lugar de seguir los procedimientos legales establecidos, la Guardia de Fronteras utiliza deportaciones, empujando a las personas a través de las puertas de la valla fronteriza destinadas en teoría a la migración de animales en el bosque de Bialowieza. Según la respuesta de la Guardia Fronteriza a una solicitud de información pública, desde el inicio de la crisis hasta el 26 de diciembre de 2022, se documentaron 50.668 devoluciones (ver respuesta oficial en polaco). La pregunta es: ¿cuántas de estas devoluciones se llevaron a cabo sin que sean registradas? Esto sigue siendo desconocido. Los refugiados han informado que han sido devueltos en múltiples ocasiones, a veces incluso docenas de veces. Para aquellos que cruzan la frontera y pasan días o semanas en el bosque, cada devolución pone en peligro sus vidas. Ser llevados por la fuerza a zonas remotas, como bosques, pantanos o riberas de ríos, donde se les despoja de ropa de abrigo, teléfonos y otras pertenencias, y a menudo se les somete a violencia, equivale a una sentencia de muerte.Cuando huyen de las autoridades, los grupos de refugiados pueden entrar en pánico y dispersarse, lo que dificulta su reunión y los deja varados y vulnerables en el bosque. Sin medios de comunicación ni acceso a necesidades básicas, su vulnerabilidad aumenta y su supervivencia se vuelve aún más difícil. Durante los meses de otoño e invierno, la hipotermia puede aparecer rápidamente, provocando agotamiento y desorientación, lo que dificulta su localización o rescate, y muchos de ellos desaparecen sin dejar rastro.

Según la Convención de Ginebra, que sigue en vigor y que Polonia ha ratificado, "Ningún Estado contratante expulsará ni devolverá de manera alguna a un refugiado a territorios donde su vida o su libertad estarían amenazadas debido a su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social determinado u opinión política". El régimen de Lukashenko en Bielorrusia, a donde son devueltos los refugiados, no puede considerarse seguro, ya que la población allí sufre opresión. Por lo tanto, llevar a inmigrantes y empujarlos hacia este país constituye una violación de las disposiciones de la Convención de Ginebra.

Además, según testimonios de algunos refugiados, no es raro que las familias sean separadas durante los push-backs.
            "Intenté cruzar la frontera con...


"Intenté cruzar la frontera con mi esposo y un amigo. Tan pronto como logramos llegar al lado polaco, la guardia fronteriza nos atrapó y comenzó a golpearnos. También usaron gases lacrimógenos y en un momento me desmayé. Me desperté en la ambulancia, sola. Me llevaron al hospital y obligaron a mi marido y a mi amigo a regresar al lado bielorruso. No sé cuándo ni cómo podré volver a verlo".


Fátima (nombre cambiado, alrededor de 35 años, Irán)



Foto arriba (H.J.): Otra mujer iraní atendida por una médico voluntaria en el bosque de Bialowieza. 18 de marzo de 2023

El gobierno polaco modificó la ley de inmigración para "legalizar" las devoluciones en esta frontera. Oficialmente, cuando los guardias fronterizos capturan a un migrante en suelo polaco y este no expresa su deseo de solicitar asilo, se le "acompaña" de vuelta a la frontera. Según la nueva ley polaca, en tal caso, la persona debería recibir una decisión formal y escrita de obligación a abandonar el territorio de la República de Polonia, que debe firmar y recibir una copia de la misma.

En la práctica, en primer lugar, los inmigrantes rara vez tienen la oportunidad de solicitar asilo o, en ocasiones, estas solicitudes simplemente se pasan por alto. En segundo lugar, en la gran mayoría de los casos, los refugiados no obtienen ningún documento. Según los datos proporcionados por los guardias de fronteras, de las 50.668 personas devueltas a la frontera por los guardias de fronteras, solo 4.924 recibieron una obligación de abandonar el territorio de la República de Polonia, lo que representa un poco más del 10%. Además, algunos de los refugiados que hemos entrevistado en el bosque afirmaron haber experimentado varios de estos rechazos, llegando a cifras tan altas como 17.





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Un Informe de Protecting Rights at Borders Reports: ENTER

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Lee su historia

Foto (H.J.): Teléfono destrozado encontrado en el bosque. 9 de diciembre de 2022
Testimonios de testigos: 

Eliza Kowalczyk: "El 24 de marzo, alrededor del mediodía, recibí información de un residente de Białowieża sobre un grupo de 10-11 personas detenidas en la puerta de la Reserva Forestal Estricta de Białowieża. Reaccioné de inmediato y me subí a mi coche para dirigirme al lugar y documentar un posible incumplimiento de las regulaciones. Cuando llegué, ya había dos vehículos todoterreno y un coche de la Guardia Fronteriza (que no llevaba distintivos) en el lugar. Desafortunadamente, antes de que pudiera llegar al sitio, las autoridades lograron introducir a las personas en los autos, y dos de ellos incluso fueron obligados a sentarse en el maletero. Desde la distancia, pude observar y fotografiar el desenlace del incidente mientras los coches se alejaban de la zona.

El Puesto de Guardia Fronterizo, donde los refugiados deben ser llevados para el proceso administrativo, se encuentra a menos de un kilómetro de donde inicialmente fueron detenidos. Según la ley, los Guardias Fronterizos son responsables de revisar los datos y documentos de los refugiados para informarles sobre su expulsión del país y la prohibición de entrada al territorio de la República de Polonia durante tres años. Sin embargo, en este caso, los coches de la Guardia Fronteriza pasaron por las instalaciones sin detenerse, y después de aproximadamente 30 minutos, regresaron vacíos desde el área de Pantano Alto, a donde a menudo se procede a devoluciones".

Foto abajo (E.K.): Detención de refugiados por parte de la guardia fronteriza en la entrada de la Reserva Forestal Estricta de Białowieża. 24 de marzo de 2023
     Grażyna Chyra, residente de Białowieża y testigo...

Grażyna Chyra, residente de Białowieża y testigo presencial de la detención, afirmó que este era uno de varios casos de devolución, aunque documentar tales incidentes puede resultar complicado. En situaciones como esta, resulta imposible rastrear el vehículo de la Guardia Fronteriza que lleva a los detenidos en dirección desconocida hacia lo más profundo del bosque. Cualquier intento de preguntar a los agentes sobre la suerte corrida por estas personas se enfrenta a una negativa a proporcionar información bajo el pretexto de la protección de datos.

Grażyna Chyra: “Me acerqué a la puerta y presenté mi DNI (tengo licencia de guía en el Parque Nacional de Białowieża, BPN en abreviatura polaca). Quería entrar, pero una empleada de la Guardia de Fronteras (SG) me informó que no podía hacerlo porque eso violaría las regulaciones de la Reserva Estricta. No pude evitar responder a la oficial de la Guardia de Fronteras (que, excepcionalmente, tenía el rostro descubierto) que no estaba en su competencia decidir quién entra o no en la Reserva, y que su tarea era simplemente hacer cumplir la ley en la frontera. Pronto me di cuenta de por qué ella había sido tan reacia a permitirme cruzar la puerta. A unos metros de distancia, más allá del sendero, vi a un grupo de personas. Junto a ellos había dos miembros de la Guardia Fronteriza con los rostros cubiertos y armas largas. Mientras me acercaba, se posicionaron de manera que bloqueaban mi visión tanto como podían. Con la ayuda de mis binoculares, pude observar a siete hombres, uno de los cuales tosía fuerte y frecuentemente. Era evidente que los guardias fronterizos intentaban ocultar el hecho de que habían detenido a inmigrantes".
     Foto arriba (E.K.): Detención de refugiados...

Foto arriba (E.K.): Detención de refugiados por parte de la guardia fronteriza en la entrada de la Reserva Forestal Estricta de Białowieża. 24 de marzo de 2023

"Después de observar la situación durante unos minutos, decidí retirarme y esperar afuera de la puerta para seguir monitoreando cualquier desarrollo adicional. Poco después, llegaron otros dos vehículos de la Guardia Fronteriza, y todo el grupo de personas (aproximadamente 10 u 11 personas, aunque era difícil discernir con precisión) fue rápidamente introducido en los vehículos y se los llevaron. Ahora surge la pregunta: ¿cuál es la probabilidad de que estas personas hayan sido devueltas ilegalmente a Bielorrusia y cuál es la probabilidad de que hayan sido tratadas de acuerdo con la ley?" - G.CH.

Ya se han emitido varias sentencias, incluida una del 28 de marzo de 2023, dictada por el Tribunal de Hajnówka, con respecto a las devoluciones, reconociéndolas como acciones ilegales realizadas por la Guardia Fronteriza. Esta sentencia específica del 28 de marzo involucra a tres ciudadanos afganos que, a pesar de haber solicitado protección internacional, fueron abandonados por la Guardia Fronteriza durante la noche en un pantano. El veredicto allanó el camino para una posible compensación por parte del gobierno polaco y abrió la posibilidad de emprender procedimientos disciplinarios contra el personal de la Guardia Fronteriza involucrado.
Foto (H.J.): 26 de octubre de 2022

Una voluntaria local muestra en su teléfono la imagen del vídeo en el que un refugiado queda colgado boca abajo en la valla, con una pierna atrapada en la concertina de arriba. Este vídeo se volvió viral en Internet en octubre de 2022 y probablemente fue grabado por guardias fronterizos o un soldado de la Formación de Defensa Territorial. En el video se observa a un migrante colgado boca abajo mientras los uniformados presentes lo observan, haciendo bromas y comentarios despectivos. El video se subió a Internet con el título "Murciélago de Bialowieza" y provocó fuertes críticas en toda Polonia. La televisión pública mostró el video sin sonido y explicó que "los guardias fronterizos saben actuar con contundencia pero con humanidad y brindaron atención médica al migrante". En declaraciones posteriores, los guardias fronterizos aseguraron que no estaba claro quiénes eran los uniformados del video, pero que el migrante de origen egipcio recibió ayuda. En otro comunicado ya se mencionó a un migrante de origen africano.

Rekaut Rachid, un kurdo iraquí residente en Inglaterra, viajó a Polonia después de ver el video en Internet, asegurando que su hermana había identificado a su hijo (Mohamed Sabah, 22 años) desaparecido en la frontera polaco-bielorrusa desde hacía meses. En una entrevista realizada el 14 de octubre de 2022, Rekaut afirmó que no había recibido ninguna información de la Guardia Fronteriza. No pudo obtener confirmación sobre si el individuo en el video era su sobrino o no. La Guardia Fronteriza se negó a proporcionar información, citando la protección de datos personales, y hasta el día de hoy se desconoce el paradero tanto de la persona que aparece en la grabación como del sobrino de Rakhid.
Es complicado establecer con precisión el número exacto de personas que han intentado cruzar la frontera entre Polonia y Bielorrusia. A pesar de contar con datos proporcionados por Eurostat, el sitio web oficial de la Guardia Fronteriza y las publicaciones diarias en la cuenta de Twitter de Guardia Fronteriza, la información suministrada resulta confusa y plantea más interrogantes que respuestas claras. Aunque tratamos de obtener aclaraciones por parte de la Guardia Fronteriza, no obtuvimos respuesta alguna. Por lo tanto, solo pudimos cotejar los datos oficiales disponibles en la página web de la Guardia Fronteriza con los números mencionados en su cuenta de Twitter (ver el gráfico abajo).

Según el derecho internacional, cualquier persona que atraviese una frontera, sin importar la manera, tiene el derecho de solicitar protección internacional. Una vez presentada la solicitud, se inicia el proceso de evaluación que culmina en una respuesta positiva o negativa. No obstante, en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, esta prerrogativa se vulnera frecuentemente y muchos inmigrantes ni siquiera son registrados oficialmente cuando son interceptados por los guardias fronterizos.

En definitiva, la falta de información clara y fiable sobre la cantidad de personas que intentan cruzar la frontera y la persistente violación de los derechos de los migrantes en esta región suscitan graves inquietudes acerca del respeto por los derechos humanos en la zona.


PARA LEER MÁS


Entrevista a Magdalena Fuchs, Asociación para la Intervención Jurídica: ENTRAR

Informe de la Fundación Ocalenie: ENTRAR

CASOS DE MUERTE Y PERSONAS DESAPARECIDAS 

Fotos y textos:
Eliza Kowalczyk y Hanna Jarzabek


En la actualidad, representar con exactitud el número de personas desaparecidas plantea un desafío. De acuerdo a la información proporcionada por el Grupo Granica, una iniciativa social informal que ha estado prestando ayuda a refugiados en la frontera entre Polonia y Bielorrusia desde el otoño de 2021, se estima que alrededor de 300 individuos se hallan en situación de desaparición. En la mayoría de los casos, son los familiares quienes alertan a las organizaciones de asistencia al no poder establecer contacto con sus seres queridos. Estas familias solicitan apoyo para localizarlos, manteniendo la esperanza de que sus seres queridos se encuentran aún con vida.

Cuando es factible, se implementan operativos de búsqueda destinados a hallar a individuos desaparecidos o fallecidos. Habitualmente, a estas operaciones se suman residentes locales que conocen la región. Basándose en los datos proporcionados por familias, refugiados detenidos en centros y otros informantes que puedan poseer información acerca del paradero del desaparecido, los equipos de rescate recorren meticulosamente zonas previamente seleccionadas. Se recopila hasta el detalle más mínimo relacionado con la persona desaparecida, como su ruta a través de la frontera y los últimos lugares donde se le vio. Cada uno de estos detalles puede resultar de valor incalculable en los esfuerzos de búsqueda. Mediante el empleo de mapas para establecer áreas de búsqueda, se profundiza minuciosamente en cada indicio que podría llevar al descubrimiento de la persona. Hasta que se logre localizar al individuo, se lo considera como desaparecido y se dirige la búsqueda con el propósito de su rescate.

En ocasiones, la responsabilidad de llevar a cabo la búsqueda de personas desaparecidas recae en voluntarios, dado que los servicios encargados no siempre están dispuestos a asumir tales tareas. El objetivo primordial de estas búsquedas es encontrar a una persona con vida o los restos de una persona fallecida, con el fin de asegurar un entierro digno tanto para el individuo como para su familia. Ninguna familia debe quedar sin saber el destino de su ser querido, incluso en el caso del desenlace más adverso. Sin embargo, descubrir los restos de personas, a menudo muchas semanas o incluso meses después de su desaparición, puede resultar difícil y emocionalmente agotador para quienes llevan a cabo las búsquedas y para quienes son testigos de los hallazgos. A pesar de estas circunstancias, los buscadores continúan comprometidos con su causa y se niegan a abandonar la búsqueda hasta que todas las posibles pistas se hayan agotado, asegurando que ninguna familia desesperada quede sin noticias. 

Después de descubrir el cuerpo, la policía y el fiscal inician procedimientos oficiales que pueden extenderse durante semanas o incluso meses, especialmente cuando la identificación del fallecido resulta compleja. Únicamente después de completar estos procesos se autoriza la liberación del cuerpo para su sepultura o su repatriación a la familia.

En Polonia, sigue en curso la búsqueda de numerosas personas desaparecidas: hasta el momento se han hallado 40 víctimas. Diversos refugiados ya han sido sepultados en Podlasie, incluido Ahmad Al-Hassan, un refugiado sirio de 19 años que estuvo entre las primeras víctimas de la crisis migratoria. Según relató un amigo que intentó cruzar la frontera con él el 19 de octubre de 2021, los guardias fronterizos bielorrusos los forzaron a ingresar al río Bug, que sirve como límite entre Polonia y Bielorrusia. Mientras su amigo lograba cruzar a nado, Ahmad sufrió un trágico ahogamiento, y los buzos encontraron su cuerpo al día siguiente.

Los refugiados fallecidos han sido sepultados en diferentes lugares, incluyendo Bohoniki, Wólka Terechowska cerca de Czeremcha y Saki cerca de Kleszczele.

Solo en los dos primeros meses de 2023, se han localizado nueve cadáveres de refugiados, y la búsqueda de varias personas continúa, entre ellas ciudadanos de Afganistán y Yemen, entre otros.


Foto: arriba (H.J.): El muro en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. Klakowo, 11 de marzo de 2023.

  Foto (E.K.): Búsqueda del cuerpo organizada por...
Foto (E.K.): Búsqueda del cuerpo organizada por voluntarios locales con la colaboración de la policía y la guardia fronteriza. 16 de febrero de 2023
  Foto (E.K.): Búsqueda del cuerpo organizada por...
Foto (E.K.): Búsqueda del cuerpo organizada por voluntarios locales con la colaboración de la policía y la guardia fronteriza. 16 de febrero de 2023
  Foto (E.K.): Búsqueda del cuerpo organizada por...
Foto (E.K.): Búsqueda del cuerpo organizada por voluntarios locales con la colaboración de la policía y la guardia fronteriza. 16 de febrero de 2023
En busca de Mahlet Kassa

El 4 de febrero de 2023, cuatro ciudadanos etíopes, tras cruzar la frontera entre Polonia y Bielorrusia, llegaron a las cercanías de ciudad Hajnówka. Ante el deteriorado estado de salud de la única mujer en el grupo, dos individuos partieron en busca de asistencia. En su trayecto, tocaron a las puertas de una iglesia, un hotel y una residencia hasta llegar al edificio de la planta lechera, donde solicitaron ayuda. Fue allí donde contactaron con la policía y, posteriormente, con la guardia fronteriza. Una vez que las autoridades llegaron al lugar, los refugiados informaron sobre la condición crítica de su compañera y les proporcionaron información sobre el lugar en que se encontraba. Conforme al testimonio de los refugiados, los guardias fronterizos les forzaron a regresar a Bielorrusia y no llevaron a cabo ninguna otra acción para prestar asistencia a la mujer.
     Foto: Mahlet Kassa (archivo familiar)...

Foto: Mahlet Kassa (archivo familiar)


El 6 de febrero de 2023, voluntarios locales llevaron a cabo una búsqueda en una zona complicada, caracterizada por la densidad de árboles caídos y terrenos húmedos, donde se sospechaba encontrar a la mujer y su compañero. Desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos del equipo, la búsqueda no tuvo éxito. Mientras tanto, también se realizaron inspecciones en hospitales y centros para extranjeros en busca de indicios de estas personas.

Varios días más tarde, se encontró al tercer ciudadano etíope golpeado e inconsciente en el lado bielorruso. Los voluntarios emprendieron una nueva búsqueda y finalmente hallaron el cuerpo de una mujer, que yacía entre los arbustos cerca de la carretera. La identificación se realizó a través de un suéter y un sombrero que llevaba puestos en una fotografía.

Es realmente trágico pensar que esta muerte podría haberse evitado. Según relatos de los refugiados que acompañaban a la fallecida, los guardias fronterizos fueron alertados sobre su estado crítico, pero no tomaron ninguna medida para prestar ayuda. No es la primera vez que ocurre tal negligencia; como sucedió en febrero de 2022, cuando la policía no logró ubicar el cuerpo de un refugiado yemení denunciado como desaparecido por sus compañeros.

Docenas de cadáveres siguen sin encontrarse, pero desafortunadamente, las restricciones recientes que limitan el acceso a las vastas áreas del bosque de Białowieża pueden entorpecer los esfuerzos de los voluntarios que brindan asistencia e intentan documentar estas trágicas situaciones.
  Foto (E.K.): Funeral de Ibrahim Jaber Ahmed Dhya. Los...
Foto (E.K.): Funeral de Ibrahim Jaber Ahmed Dhya. Los refugiados muertos en el bosque de Bialowieza suelen ser enterrados en el cementerio musulmán polaco de Bohoniki, un pueblo donde los tártaros -una minoría de musulmanes polacos- viven desde hace más de 500 años. Bohoniki, 9 de febrero de 2023
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Foto (E.K.): Mohmmad, el hermano de Ibrahim, en el funeral de este último. Bohoniki, 9 de febrero de 2023
  Foto (E.K.): Mohmmad, el hermano de Ibrahim, con un...
Foto (E.K.): Mohmmad, el hermano de Ibrahim, con un imán de la comunidad musulmana polaca. Bohoniki, 9 de febrero de 2023
Ibrahim Jaber Ahmed Dhya es otra víctima de la crisis actual en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. Este médico yemení se encontraba en una situación trágica, dado que su país ha estado inmerso en una guerra que ya lleva más de ocho años, con un saldo de casi 400.000 vidas perdidas. A la edad de 36 años, Ibrahim falleció el 7 de enero de 2023, presumiblemente después de intentar cruzar el río Przewloka junto a un grupo de otros refugiados. Trágicamente, dejó atrás a su esposa y tres hijos.

Basándose en la información proporcionada por sus compañeros detenidos, fueron los guardias fronterizos quienes descubrieron el cuerpo sin vida de Ibrahim.

La zona del río Przewloka y sus alrededores presenta desafíos considerables para la navegación, debido a la presencia de pantanos y árboles caídos. Con una cobertura prácticamente inexistente en la región, solicitar ayuda se vuelve casi imposible. No obstante, dado que esta área carece de una barrera fronteriza, muchos refugiados intentan cruzar la frontera allí. Las condiciones climáticas en el momento del fallecimiento de Ibrahim agravaron la peligrosidad del viaje, ya que la nieve y las heladas aumentaron el riesgo de enfermedad y muerte.
  Foto (E.K.): Funeral de Sidding Musa Hamid Eisa de...
Foto (E.K.): Funeral de Sidding Musa Hamid Eisa de Sudán. Bohoniki, 5 de diciembre de 2022
  Foto (E.K.): La familia del fallecido asiste al funeral...
Foto (E.K.): La familia del fallecido asiste al funeral por videollamada, Bohoniki, 5 de diciembre de 2022.
  Foto (E.K.): Funeral de Sidding Musa Hamid Eisa de...
Foto (E.K.): Funeral de Sidding Musa Hamid Eisa de Sudán. Bohoniki, 5 de diciembre de 2022


PENALIZACIÓN DE LA AYUDA HUMANITARIA

Fotos y textos - Hanna Jarzabek 


El gobierno polaco ha penalizado la ayuda humanitaria en esta frontera desde el inicio de la crisis. Como resultado, a diferencia de otras áreas fronterizas, aquí no existen campos de refugiados y se observa una llamativa ausencia de organizaciones humanitarias.

En cuanto a la actitud de la Guardia de Fronteras hacia los voluntarios que brindan asistencia a los refugiados, esta abarca desde la intimidación directa hasta los intentos de acusarlos de tráfico de personas. En este último caso, la Guardia de Fronteras busca interpretar la mera presencia de voluntarios en el bosque junto a los refugiados como evidencia, sin considerar que los voluntarios ofrecen ayuda en forma de comida, agua y ropa. En ocasiones, los voluntarios también proporcionan teléfonos a los refugiados, ya que la Guardia Fronteriza suele destruir estos teléfonos durante las devoluciones en caliente. Dejar a una persona en el bosque de Białowieża sin un teléfono la expone a un riesgo significativo de muerte, por lo que proporcionarles un teléfono funcional se alinea con el concepto de ayuda humanitaria. No obstante, la Guardia Fronteriza intenta utilizar esto como prueba de una supuesta conexión con redes de tráfico de personas.

En marzo de 2023, la Guardia de Fronteras anunció su intención de iniciar un proceso legal contra dos voluntarias, acusándolas de presunta participación en tráfico de personas. Este delito, según el Código Penal polaco, conlleva una pena de hasta ocho años de prisión. Aunque aún no se han formalizado los cargos, ya se han llevado a cabo los primeros interrogatorios, que estuvieron marcados por irregularidades e intimidación. (Para más detalles: haz clic aquí).

Las voluntarias y su abogado mantienen que no existen pruebas que respalden las acusaciones en su contra. Argumentan que esto constituye un intento de intimidación o un posible montaje de un juicio espectáculo para generar más presión sobre los voluntarios en general. El gobierno polaco, por su parte, insiste en que el muro construido en la frontera polaco-bielorrusa ha resuelto la problemática de los refugiados. En este sentido, el trabajo de los voluntarios desafía cada vez más esta postura, tanto en términos de brindar ayuda humanitaria como de difundir información.

“Al inicio de esta crisis humanitaria, no tengo memoria de acciones represivas por parte de las autoridades en nuestra contra. Sin embargo, esto comenzó a cambiar entre octubre y noviembre de 2021. A partir de ese momento, algunas personas, como Jakub Sypiański (historiador y voluntario en la frontera - nota del editor), fueron objeto de tratos brutales por parte del personal de las WOT (Fuerzas de Defensa Territorial). Además, hubo una búsqueda policial en la base de voluntarios del Club de Intelectualidad Católica. Estas acciones de las autoridades se volvieron cada vez más opresivas desde el otoño de 2021 hasta la primavera de 2022. Después de ese período, la situación se calmó un poco y todo el verano y principios del otoño de 2022 transcurrieron de manera relativamente pacífica. En julio, se limitó la zona de prohibición de entrada a 200 metros de la frontera, aunque en diversos lugares se instalaron puestos de control aéreo, lo cual resultaba incómodo tanto para los residentes como para quienes transitaban por Podlaquia. No obstante, en líneas generales, la situación era tranquila. Y en el otoño de 2022, la situación comenzó a deteriorarse gradualmente.

Situaciones en las que los soldados saltan repentinamente hacia los activistas en el bosque, gritando la orden "¡Al suelo!", seguidos del sonido de un arma al recargarse, son comunes. En otra ocasión, en invierno, mis amigos ayudaron a una persona en el bosque que estaba descalza y en muy malas condiciones. La Guardia de Fronteras los encontró siguiendo huellas en la nieve y los acusó de tráfico de personas. Los agentes también intentaron quitarles sus teléfonos. Cuando una de mis amigas hizo un comentario, la esposaron. Finalmente, otro oficial intervino y la liberó, pero esta situación era inaceptable e incidentes como este nunca deberían ocurrir. Parece un intento de intimidarnos, ya que el muro ya está construido y la instalación electrónica está completa. Por lo tanto, deben demostrar que tienen el control de la situación. Nuestra ayuda, además de brindar asistencia humanitaria directa a las personas, también tiene un propósito informativo. Nuestro objetivo es mantener al público informado sobre lo que está sucediendo aquí y sobre las violaciones de la ley. También hacemos hincapié en que el muro es ineficaz y un desperdicio del dinero de los contribuyentes. Esto, por supuesto, les supone un inconveniente", afirma Aleksandra Chrzanowska, voluntaria del Grupo Granica.

Los tribunales polacos han desestimado los casos de contrabando que se presentaron contra los voluntarios. Además, se han producido las primeras sentencias judiciales que confirman la ilegalidad de las devoluciones. Sin embargo, según los voluntarios, la decisión de la Guardia de Fronteras de presentar nuevas denuncias contra ellos depende en gran medida de la situación política.

Leer más:

Informe de la Fundación Helsinki para los Derechos Humanos (31.01.2023): 
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Entrevista a Jakub Sypański por Amnistía Internacional (en polaco): 
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Entrevista a Aleksandra Chrzanowska sobre sus experiencias con los interrogatorios: 
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Foto arriba: Un voluntario lleva ropa y comida a los refugiados que se esconden en el bosque. A veces los voluntarios tienen que ir en mitad de la noche y llegar a lugares de difícil acceso. 1 de noviembre de 2022


MILITARIZACIÓN

Podlaquía es una región famosa por su vida tranquila e idílica, rodeada de tradicionales edificios rurales de madera. Una gran ventaja es su valiosa naturaleza, especialmente la zona del bosque de Białowieża, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los fragmentos conservados de un antiguo bosque primitivo y la rica fauna y flora son características únicas y valiosas. La región excepcionalmente verde, llamada el pulmón de Polonia, con sus hermosos paisajes, ha atraído a muchos visitantes. La multiculturalidad es otra ventaja de este lugar. Debido a esta singularidad, el turismo es el sector económico más importante de esta región, que desde hace muchos años se ha desarrollado de manera dinámica y ofrece una oferta cada vez más amplia. Es la principal fuente de sustento de muchos residentes.

Desde que comenzó la crisis en la frontera polaco-bielorrusa en 2021, esta paz y esta imagen idílica de la región se han visto afectadas. Toda la zona fronteriza se ha militarizado, se han introducido restricciones y se han cerrado aldeas, creando zonas inaccesibles para cualquiera desde el exterior. A partir del 2 de septiembre de 2021 se introdujo por primera vez el estado de emergencia, que duró 90 días, y del 1 de diciembre de 2021 al 30 de junio de 2022 se introdujo la prohibición a personas de fuera de viajar y/o permanecer en 183 localidades. A muchos lugares sólo se podía entrar con el consentimiento por escrito de los comandantes de la guardia de fronteras, y los residentes eran controlados cada vez que salían o entraban de la zona. Se instalaron puestos de control policiales y militares en las carreteras de entrada y cada vehículo y cada persona fueron revisados detalladamente, más de una vez escuchando comentarios como: "¿Estás llevando a Ahmed a algún lado?", "¿Hay alguien en el maletero?", “¿Has visto los ciapaty (palabra despectiva utilizada en Polonia para las personas de piel más oscura)”? 

El ambiente era muy tenso e insoportable para los ciudadanos acostumbrados a la libertad y tranquilidad. Sobre todo porque en la mayor parte del país, a pocos kilómetros de distancia, se vivía con normalidad. Las caravanas de coches con señales luminosas y sonoras se habían convertido en una realidad cotidiana. Las personas que caminaban por el bosque eran tratadas inicialmente como delincuentes; a menudo veían armas apuntándoles (lea y escuche el testimonio de un residente local) o escuchaban comentarios desagradables. Los habitantes fueron confinados en sus pueblos, que se convirtieron en cuarteles. Los militares ocuparon campos deportivos, estadios, estacionamientos e incluso parques infantiles para instalar tiendas y equipos militares. La policía permaneció en los hoteles. Había más uniformados que civiles caminando por las calles. Los soldados entraban en las tiendas con fusiles, circulaban a gran velocidad por los pueblos y aparcaban donde querían, ignorando las señales y prohibiciones.

Cuando comenzó la construcción del muro, llegaron camiones cargados de acero y arena. Los caminos forestales en el bosque más valioso de Europa fueron aplastados 
(lea más sobre el impacto en la naturaleza) y las carreteras locales también quedaron destruidas. Apareció equipo militar en forma de Wolverines y Hummers, helicópteros sobrevolaron las casas día y noche. La hermosa y pacífica región se transformó en un campo de entrenamiento militar. La gente perdió su fuente de ingresos de la noche a la mañana, los pueblos parecían desolados y la vida turística dejó de ser vibrante. 

Lo peor de todo esto era que la gente en el bosque pedía ayuda, pero los residentes de Podlaquía estaban solos con esta carga. No pudo entrar ninguna organización humanitaria ni médica, ni activistas humanitarios. Toda la responsabilidad de la ayuda humanitaria recayó sobre la población local (lea los testimonios de los residentes locales). Se convirtieron en rescatistas de la noche a la mañana, tuvieron que aprender cómo hacerlo, conocer la ley y organizarse juntos. Por esta ayuda, si fue revelada, hubo persecuciones, y estas acciones para salvar vidas fueron penalizadas públicamente (más sobre penalización aquí) por las autoridades utilizando sus medios de comunicación, creando su propia narrativa. Los ayudantes fueron y todavía son llamados espías, traidores, idiotas. El propio presidente de Polonia utiliza esos términos.

El 1 de julio de 2022, tras levantar la prohibición de permanecer en la zona y completar la construcción de la barrera en la frontera, el número de uniformados disminuyó ligeramente, pero aún queda un largo camino por recorrer antes de volver a la normalidad. ¿Cómo ofrecer paz y descanso con semejante imagen? ¿Cómo devolver el tiempo, la libertad, el dinero y los nervios perdidos a los habitantes? ¿Cuándo se reconstruirá la marca de la Podlaquia, desarrollada a lo largo de los años? ¿Cuándo se marcharán finalmente los militares y dejarán que la gente viva con normalidad? Y, sin embargo, la crisis continúa y el muro no produjo el efecto deseado; solo la salud de los refugiados se deterioró (lea sobre la situación médica en la frontera) debido a las lesiones que sufren al caer del muro.


Texto y foto arriba: Eliza Kowalczyk

  Foto (E.K.): Presencia del ejército en...
Foto (E.K.): Presencia del ejército en Bialowieza, uno de los lugares más turísticos del bosque de Bialowieza. 20 de enero de 2023
  Foto (E.K.): Presencia del ejército en...
Foto (E.K.): Presencia del ejército en Bialowieza, uno de los lugares más turísticos del bosque de Bialowieza. 20 de enero de 2023
 Foto (E.K.): Concertina en la unidad militar de...
Foto (E.K.): Concertina en la unidad militar de Bialowieza. 20 de enero de 2023

TESTIMONIO DE UNA HABITANTE LOCAL

Texto, fotos y audio: Hanna Jarzabek


GOSIA (50 años)

"He vivido durante veinte años en el extremo suroeste del bosque de Białowieża y es mi... mi paraíso en la tierra, el lugar perfecto donde simplemente sentí que este era mi lugar, y hasta la crisis me sentía como si estuviera viviendo en el paraíso y fuera la persona más feliz del mundo. El bosque de Białowieża en sí es como mi santuario. Llevo varios años fotografiando su belleza y promoviendo la singularidad de este lugar.

Hasta que llegó el año 2021. Aquí, en el bosque de Białowieża, todo empezó cerca del pueblo de Białowieża. La primera situación con los refugiados tuvo lugar en una estricta reserva. Y después llegó hasta nosotros. Se declaró la zona restringida y apareció un gran número de militares.

Es como si el ejército hubiera invadido nuestras vidas. Aparecieron por todas partes. Me sentía tan oprimida que incluso salir a mi patio de casa por la noche cuando estaba oscuro era un gran estrés. ¿Por qué? Por los helicópteros que sobrevolaban nuestras cabezas, en mi propio patio; drones volando sobre nosotros. Manadas de tropas con armas que rondaban por allí y a 50 metros de mi casa montaron su campamento. Encendían fuego, hacían ruido. Al principio me molestaba mucho que estuvieran ensuciando mi bosque, así que caminé, recogí basura y traté de hablar con ellos. Les puse una olla con agua para que la usaran como cenicero. Caminaba por el bosque y la frustración creció porque se trataba de tanta destrucción, de no respetar la naturaleza, de tala de árboles. En general, se comportaban con toda impunidad y no se podía hacer nada al respecto.

Vivo en un lugar donde, aparte de nosotros, no hay ninguna casa habitada en un radio de varios kilómetros. Somos solo nosotros. Estábamos separados de los amigos, de todos. Nadie podía venir a vernos sin un permiso adecuado. De hecho, nadie intentó siquiera conseguirlo. Me sentí tan aislada del resto de la sociedad que lo recuerdo como una pesadilla. Me sentía rodeada por todos lados.

Desde que se estableció la zona, los sonidos en la frontera hasta el día de hoy nos siguen atormentando. No son tan intensos como hace un año. Sin embargo, no han cesado en absoluto. Los altavoces de los vehículos militares y de la guardia fronteriza emitían mensajes en varios idiomas. Por el bosque se escuchaban mucho. Al principio no utilizaban la carretera fronteriza porque todavía no había ninguna carretera fronteriza, por lo que todos estos vehículos militares y de la guardia fronteriza pasaban cerca de nuestra casa.

ESCUCHA EL PODCAST (polaco) - GOSIA 

Han aparecido wolverines - vehículos de combate blindados. Nuestra carretera quedó prácticamente destruida en una noche. En ese momento no se oía ningún sonido en la frontera que indicara que algo estaba pasando allí, que había actividad. Pero los Wolverines cabalgaron de un lado a otro toda la noche. Estas máquinas también emiten ruidos que siempre me despertaban. Sí, este es un equipo ruidoso, especialmente porque los conductores parecían sentir que estaban en un campo de entrenamiento, ya que aceleraban al máximo. Esa fue mi impresión, no lo sé. No miré el velocímetro, pero iban muy rápido y sin cuidado.

La carretera quedó tan destrozada que en un momento resultó intransitable. Mi hija no pudo ir a la escuela durante un mes debido a esto. Por un lado, sentí indignación porque es enfermizo que la niña no pueda ir a la escuela. Por otro lado, me sentí agradecida de que ella no asistiera a la escuela, porque en ese momento los niños estaban siendo forzados a hacer tarjetas para los soldados. También fue el momento en que esos refugiados desesperados vinieron a mi casa y pidieron ayuda. Mi hija es lo suficientemente inteligente como para entender que no podía hablar de todo esto, que era un secreto familiar. Pero se sintió culpable por haber hecho esas tarjetas. Ella me dijo: "Sabes, mami, en una tarjeta dibujé a un pobrecito refugiado. Quizás alguien lo vea, quizás alguien reaccione."

En lo que respecta a lo que estaba ocurriendo en la escuela, estaba realmente enojada por eso. La mitad de la escuela fue afectada por el ejército. Ocuparon el estadio, pusieron tiendas de campaña afuera y una cocina de campaña. Los soldados ocuparon el gimnasio. Durante las clases de educación física, mi hija no podía usar el gimnasio, entonces la maestra llevaba a los niños al bosque o les hacía hacer ejercicios en la acera frente a la entrada, porque no había espacio para ellos en otro lugar.
       Foto (H.J.): Una casa en Tolcze, un pueblo cercano...

Foto (H.J.): Una casa en Tolcze, un pueblo cercano a la frontera. A pocos metros de esta casa se ha construido un muro y la familia de un anciano que vive allí tuvo que luchar para evitar que las autoridades derriben su casa. 9 de marzo de 2023


Recuerdo una situación así por la noche; aún no había dormido, eran alrededor de las 2 de la madrugada y vi que se acercaban los guardias fronterizos. Un camión se detuvo a 30 metros de mi casa. Tuve la impresión de que el camión venía para recoger a la gente y llevarla a la frontera. Pensé: "No, no tendré miedo, no está mal que salga y pregunte si puedo ofrecerles algo de comer, agua o al menos un té caliente." Me puse una blusa blanca. La luz estaba encendida en la casa, por lo que se podía ver que la vida continuaba allí. No alcancé a salir bien de mi patio cuando escuché: "¡Ay, ahí viene el hijo de puta de blusa blanca!"

Me miré y vi puntos de laser sobre mi cuerpo. Y vi a un grupo de jóvenes soldados frente a mí. No eran exactamente soldados, ya que eran del WOT (Ejército de Defensa Territorial, unidades especiales creadas por el gobierno actual, a las que cualquier persona puede ingresar después de un breve período de instrucción). No sé. Definitivamente no era un ejército profesional, del que esperaría un comportamiento más profesional. Corrían hacia mí. Se detuvieron a 3 o 4 metros de distancia, apuntándome constantemente. Sentí las piernas como gelatina, se doblaron bajo mí. Empecé a gritarles. "¿Qué estáis haciendo? ¿Cómo os comportáis?" Empezaron a disculparse conmigo y escuché que pensaban que yo era, no recuerdo qué expresión usaron, si refugiada o algo parecido. De todos modos, les pregunté: "¿Y si era el caso? Los refugiados no tienen armas, están exhaustos y vosotros apuntáis con vuestras armas a civiles, a todos los civiles que encontráis en el bosque?" Por supuesto, no obtuve respuesta a esa pregunta, pero a partir de ese momento, no podía salir sin miedo. No podía controlarlo. De hecho, dejé de ir sola al bosque. Si iba al bosque, siempre le pedía a mi marido que fuera conmigo, porque no sabía qué podría suceder. Quizás en septiembre de este año me atreví por primera vez a caminar sola por el bosque con una cámara, porque antes sentía tanta incomodidad y tanto miedo, no tanto frente a las personas que cruzaban desde el lado bielorruso, sino miedo de nuestros soldados. 

No fue la única situación de este tipo que viví. La última vez que experimenté algo así fue el 12 de noviembre de 2022, cuando una vez más un soldado, esta vez resultó ser un soldado profesional, volvió a apuntarme con su arma. Como mencioné, durante mucho tiempo tuve miedo de salir sola al bosque. Desde septiembre superé ese miedo y fui al bosque con la cámara durante el día. En el camino de regreso escuché a alguien hablando por un walkie-talkie y vi a un soldado. Me detuve en el camino para que me viera, ya que estaba delante de mí y sabía que tarde o temprano me notaría. Así que me detuve, ya que no quería tener ninguna situación extraña. De repente, para mi sorpresa, cuando este hombre me vio, inmediatamente me apuntó con un arma larga y gritó: "¡Stop, sino voy a disparar, Stop, sino voy a disparar!" Estaba en total shock. Le grité para hacerle saber que era polaca: "¡Oye, quita el dedo de ese gatillo, estás apuntando a un civil, estás apuntando a una ciudadana polaca!" Parecía que no le importaba, siguió caminando directamente hacia mí, gritando: "Stop, sino voy a disparar!" No podía creer lo que veía. Y me enojé. Me estaba apuntando con un arma, yo tenía una cámara conmigo, esta es mi arma, así que tomé la cámara, comencé a tomarle fotografías y empecé a gritarle que en qué estaba pensando, cómo se atrevía. Soy residente aquí, voy al bosque y me ataca con un arma. Ve que soy polaca porque hablo polaco y ¿me apuntas con un arma? Y me dijo que me fuera al diablo. Bueno, tengo 50 años y el chico, no sé, tal vez 35 años, es un soldado profesional. Giré sobre mis talones y le dije que si era lo suficientemente valiente, podría dispararme por la espalda. Yo me voy a casa." - Gosia
  Foto (H.J.): Coches militares – desde que...
Foto (H.J.): Coches militares – desde que estalló la crisis en la frontera con Bielorrusia, la presencia de militares en la zona ha aumentado significativamente; Bialowieza, 19 de octubre de 2022
  Foto (H.J.): Concertina que, al inicio de la crisis,...
Foto (H.J.): Concertina que, al inicio de la crisis, sirvió de separación entre Polonia y Bielorrusia antes de que se construyera la valla; ahora el mismo tipo de concertina está colocada encima de la valla antiinmigración; 23 de octubre de 2022
  Foto (H.J.): Una de las trampas fotográficas...
Foto (H.J.): Una de las trampas fotográficas colocadas por la Guardia Fronteriza polaca en el bosque de Bialowieza para vigilar los flujos migratorios de personas; 1 de noviembre de 2022

EL MURO Y LA NATURALEZA

Fotos y textos
Hanna Jarzabek y Eliza Kowalczyk
El bosque de Białowieża, ubicado en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, lo que lo convirtió en un bien común de la humanidad. Inicialmente, en 1979 solo la parte polaca del área fue incluida en la Lista del Patrimonio Mundial. La parte bielorrusa del bosque de Białowieża se agregó en 1992, lo que convierte a ambas partes del bosque en una área transfronteriza que abarca una superficie de 141.885 hectáreas. Desde el punto de vista de la preservación de la biodiversidad, este lugar es único.

El bosque primitivo de Białowieża contiene los fragmentos mejor conservados de bosques caducifolios y mixtos de tierras bajas de la llanura europea, en los cuales, en una gran extensión (también fuera del parque nacional y de las reservas naturales), tienen lugar procesos naturales no perturbados por la intervención humana directa, abarcando todas las etapas de la dinámica del ecosistema forestal. Aquí se encuentra la mayor población de bisonte europeo, una especie que se ha convertido en un símbolo de esta región, así como muchas especies muy raras, como el pájaro carpintero de tres dedos, el triturador de cinabrio y el mochuelo. En la zona del bosque se han llevado a cabo desde hace décadas diversos tipos de investigaciones científicas, precisamente debido a su singularidad y la posibilidad de observar procesos naturales. Existen instituciones como el Instituto de Biología de Mamíferos de la Academia Polaca de Ciencias, la Estación Geobotánica de la Universidad de Varsovia, el Centro Europeo de Bosques Naturales del Instituto de Investigación Forestal y el Laboratorio de Investigación del Parque Nacional de Białowieża. La investigación también tuvo un carácter internacional y hubo una estrecha cooperación con la parte bielorrusa, ya que para los científicos era fundamental abarcar en la investigación una amplia zona de todo el bosque de Białowieża a ambos lados de la frontera. 

En 2021, comenzó la crisis migratoria en la frontera polaco-bielorrusa y sus consecuencias afectan ahora y probablemente afectarán al valioso entorno natural aquí durante los próximos años. La construcción de la barrera supuso una gran inversión, durante la cual se utilizó equipo pesado, se transportaron diversos tipos de materiales, se ampliaron las carreteras y se devastó la naturaleza. Debido al aumento del tráfico de vehículos, el ruido y otras características que acompañan a la construcción y al transporte, los procesos naturales de esta zona se han visto interrumpidos. ¿Se buscaron posibilidades de otras soluciones o se consultó a especialistas? ¿Cómo se mitigaron los efectos de la inversión? También preguntamos a los especialistas de instituciones científicas que se ocupan diariamente del bosque de Białowieża en su trabajo científico, qué impacto tiene la barrera en la naturaleza y cuáles pueden ser las consecuencias de su construcción en los próximos años.



Texto: Eliza Kowalczyk


Foto arriba (H.J.): La valla antiinmigración, con una altura de 5,5 metros y una longitud de 183 kilómetros, construida recientemente por el gobierno polaco en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. Klakowo, 11 de marzo de 2023

"No creo que se haya realizado ningún esfuerzo en cuanto a considerar cómo mitigar el impacto del muro en el medio ambiente o en las comunidades humanas. Estaba mencionando la frontera entre Estados Unidos y México. Es cierto que el contexto del impacto ambiental del muro fronterizo en Estados Unidos es diferente al de aquí, pero aún así se pueden comparar ambas situaciones, sacar conclusiones básicas y prepararse mejor para la construcción del muro aquí. Una investigadora en Montreal, Elisabeth Vallet, que trabaja en muros fronterizos, dice: "los muros son una buena manera de no hacer nada mientras parece que estás haciendo algo". Nos inspiramos en eso y dijimos: construyamos nuestra propia barrera. Incluso cuando la evidencia muestra una y otra vez que los muros no disuaden a las personas, que los muros aumentan la probabilidad de trata de personas o el uso de rutas más peligrosas.

Creo que no es solo una abominación para el bosque de Bialowieza, que es la joya de la corona de Polonia, de Europa y del mundo. La Comisión Europea ha hecho la vista gorda ante esta situación, lo que me demuestra que aceptan este muro en la frontera oriental de la Unión Europea. Deberíamos hablar de este muro no como el muro de Polonia, sino como el muro de la Unión Europea, en realidad.

Además, cuando piensas que este lugar es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, puedes sentir una gran emoción por venir aquí, donde tienes este increíble bosque antiguo que aún permanece, y es muy triste verlo brutalizado o irrespetado de la forma en que lo han hecho con la construcción de este muro.
Desde una perspectiva humana, nunca pensé que mi país, que también ha experimentado la búsqueda de asilo - y la diáspora polaca se extendió por todo el mundo: en todos los lugares a los que he ido en mi vida, he conocido polacos, ya sea en Sudáfrica, Canadá u otros lugares - nunca pensé que nos comportaríamos de esta manera con las personas que huyen de una mala situación. Por lo tanto, es muy difícil de aceptar.

Vine aquí por primera vez en octubre de 2021, así que soy muy nueva aquí. Al principio, creo que ésta era mi segunda vez en el bosque de Bialowieza, estaba con alguien de la estación geobotánica recogiendo hongos y habíamos aparcado el coche, que tenía matrícula de Varsovia. De repente vimos a un grupo de personas, apenas diez personas, huyendo corriendo por el bosque. Y detrás de ellos había soldados. Y resultó que estábamos en este lugar al mismo tiempo. Entonces los soldados se acercaron a nosotros con la cara cubierta y con las armas en parte levantadas, pensando que estábamos ayudando a este grupo de refugiados que huían, sobre todo porque nuestro coche estaba aparcado justo aquí. Entonces tuvimos que levantar las manos y luego nos llevaron al vehículo y les mostramos nuestros papeles y les explicamos que estábamos allí para recolectar hongos, lo que probablemente sonó ridículo en ese momento. En mediados de octubre de 2021, cuando había 16.000 intentos de cruce de frontera, nosotros estábamos recogiendo setas... Los soldados nos dejaron ir y cuando estábamos ya en nuestro coche, vimos a algunas de las personas de ese grupo que huía sentadas en el borde del camino. Los militares las habían detenido. Había una mujer con un bebé pequeño allí y recuerdo haber hecho contacto visual con ella. Nunca olvidaré ese momento en el que vi a esta joven sosteniendo a su bebé, sentada en el borde de la carretera. Para mí, el bosque siempre ha estado lleno de gente desde que hace apenas un año que estoy aquí. Pero eso no lo hace más fácil". - Katarzyna Nowak, científica de la Estación Geobotánica de Bialowieza.





Foto (E.K.): Bosque de Bialowieza, 3 de enero de 2023
Texto: Hanna Jarzabek
"El uso de concertina ha generado controversia en todo el mundo debido a su impacto letal tanto en animales como en humanos. Ha sido descrito como un "enfoque brutal para la protección de fronteras". Como resultado, la comunidad científica y las organizaciones ambientalistas han expresado una fuerte oposición, citando la importante amenaza que representan para varias especies animales, incluidas las protegidas como lobos, linces y bisontes europeos. Estas vallas no solo actúan como barreras para la migración animal, sino que también se convierten en trampas mortales, especialmente si se colocan a lo largo de las orillas de los ríos fronterizos. Nuestro instituto ha sido llamado dos veces para rescatar a un ciervo y un alce enredados en el alambre. Los animales quedan atrapados fácilmente en los bordes afilados de concertina, lo que provoca cortes en su piel, músculos, tendones y vasos sanguíneos. En sus intentos desesperados por liberarse, los animales luchan, exacerbando aún más sus heridas. Al final, estos animales mueren en medio de un dolor agonizante" - Rafal Kowalczyk, ex director del Instituto de Investigación de Mamíferos de la Academia de Ciencias de Polonia






Foto (E.K.): Rafal Kowalczyk en el bosque de Bialowieza, 16 de febrero de 2023
Foto de abajo (H.J.): La valla antiinmigración, Krynki, 26 de octubre de 2022

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